El cinismo (derivada de κύων que significa ‘perro’, en alusión al modo de vivir de los filósofos cínicos) es un movimiento estetico que se desarrolló en Grecia, durante los siglos IV y III a. C por Antistenes que siguiendo la vida sencilla de los perros, promulgaba que la virtud solo basta para la felicidad; que quien la posee no tiene que desear mas que el valor; que consiste siempre en acciones y nunca en palabras; que toda convencion social y normas son inútiles; que el filósofo debe acomodarse a las leyes de la naturaleza y no a las de los hombres.
Se le llama cínico aquél que practica la vida sencilla del perro luciendo como uno:
Es un espectáculo horrible y penoso de ver, cuando agita su sucia melena y te mira insolentemente. Se presenta con ropajes y con una capa raída, una bolsita o zurrones colgantes y, entre sus manos, una maza hecha de madera de peral silvestre....Carece de oficio y beneficio. No quiere saber nada de su hacienda ni de nosotros, sus padres, sino que, por el contrario, nos reniega, pues afirma que todas las cosas son obra de la naturaleza y que la unión de elementos es la causa de la generación y no los progenitores. Evidentemente, desprecia el dinero y aborrece el cultivo de la tierra. No tiene sentido de la vergüenza y el pudor se ha borrado de su rostro. (Cf:Alcifron; cartas II 38)
También por qué sabe el precio de todo pero no le da valor a nada :
Hay cuatro razones por las que los cínicos o perrunos se llaman así. Primero por la indiferencia de su forma de vida, porque hacen un culto a la indiferencia y, como los perros, comen, hacen ejercicio y el amor en público, o duermen en donde les plazca, de arrimados, o en cualquier tinaja. La segunda razón es que el perro es un animal desvergonzado, y hacen un culto a la desvergüenza, no por estar por debajo de la modestia, sino por ser superior a ella. La tercera razón es que el perro es un buen guardián y guarda los principios de su filosofía. La cuarta razón es que el perro es un animal discriminatorio que puede distinguir entre sus amigos y enemigos. Así reconocen como amigos a los que se adaptan a la filosofía y los reciben con amabilidad, mientras que a los que no son aptos los ahuyentan, como perros, ladrándoles. (CF:Escolío sobre la ret´órica de Aristóteles)
Por último el cínico siempre actua de modo estético y cómico, en palabras de Juliano:
En verdad muchas cosas ocurren en un largo período de tiempo". Este verso de la comedia, que yo conocía, estuve hace poco a punto de soltarlo cuando fuimos invitados a escuchar a un perro que ladraba sin claridad y sin nobleza y que, como las nodrizas, contaba cuentos que, además, ni siquiera sabía disponer adecuadamente. Estuve a punto de levantarme inmediatamente y de disolver la reunión, pero, ya que tenía que escuchar como en un teatro a los actores que se burlan de Heracles y de Dioniso, permanecí quieto no por respeto al orador, sino a los reunidos, y sobre todo, si hay que hablar con más atrevimiento, por nosotros mismos, para no dar la impresión de que actuaba más por superstición que por un pensamiento piadoso y reflexivo, si levantaba el vuelo como las palomas azuzado por sus palabras. Me quedé, recitándome aquel verso:
Aguanta, corazón, que ya aguantaste antes
mayores perrerías,
soporta también, durante una pequeña parte del día, a un perro charlatán, que no es la primera vez que escuchas blasfemar contra los dioses, ni llevamos tan bien los asuntos públicos, ni es tan grande nuestra prudencia en los privados, ni somos tan afortunados como para mantener nuestros oídos puros o para que nuestros ojos, en fin, no se manchen con las impiedades de todo tipo de esta raza de hierro. Y como si estuviéramos faltos de tales males, este perro ha venido a colmarlos con impías palabras, al nombrar al mejor de los dioses como ojalá nunca lo hubiera él dicho ni nosotros lo hubiéramos escuchado.
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